miércoles, 4 de enero de 2012

Crónica de un 2011

El 2011 fue un año movido. Nadie lo pone en duda. Un año de grandes alegrias y algunas tristezas. El año que conseguimos el mayor triunfo electoral de la historia argentina desde la vuelta a la democracia. El año en que consolidamos la unión regional con la creación de la CELAC, el año en que Cristina dio magistrales clases sobre economía y crisis en las cumbres del G-20, el año en el que Argentina lideró el crecimiento económico de la región, en el que el coeficiente de Gini alcanzó el 0,378 ubicándonos como el país menos desigual de América Latina. El año en que la producción de autos y las exportaciones alcanzaron records históricos. Cerca de 500.000 personas dejaron de ser pobres, miles de jóvenes se sumaron a la política militando los barrios, las campañas copando el escenario político como no se veía desde la primavera camporista del 73.
Mientras Europa intenta salir de una crisis sin precedentes con las recetas del ajuste fiscal y social. Mientras Estados Unidos trata de huir de las dos guerras que inició en Medio Oriente dejando millones de muertos y dos países devastados económica y socialmente. Mientras los jóvenes de distintas partes del mundo (desde Israel hasta Egipto, desde Wall Street hasta la Plaza Mayor madrileña) protestan contra un sistema que los margina y recicla en Argentina se respiran aires distintos, de optimismo (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-184618-2012-01-03.html). La mayor parte de la sociedad cree que el 2012 será mejor que el 2011 y el 60% esta de acuerdo con el rumbo de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
La derrotas en Capital, Córdoba y Santa Fe -descriptas por los medios masivos de comunicación era el principio del fin del kirchnerismo- nos dieron aún más fuerzas para seguir adelante y redoblar la apuesta. La llamaron yegua, montonera, autoritaria, bipolar, débil, confrontativa, demagoga, revanchista, grasa, etc. A nosotros nos llamaron montoneros, guardia de hierro, yuppies, fanáticos, irreverentes, estúpidos, sententistas. Nos pegaron desde todos los ángulos posibles. Nos tildaron de soberbios, de querer coaptar el estado, de ser machistas, patoteros, cómplices de atrocidades, sumisos, niños bien. Nada de lo anterior es cierto. Ella sigue y nosotros también. Con más fuerza, más entereza y más alegría que nunca demostramos que no solo no estamos solos construyendo este hermoso proyecto político sino que el 54% del país voto este rumbo, esta orientación, a esta Presidenta que como ella misma dice: "seguiré adoptando este tipo de medidas mientras el cuerpo aguante, porque la voluntad y el coraje no me van a faltar".
Y es que nosotros no somos neutrales. No somos el proyecto político de las corporaciones mediáticas, de los grupos financieros, de los intereses sectoriales. Siempre vamos a estar del lado del combate a la desigualdad, en la defensa de los sectores más vulnerables de la sociedad. Somos el gobierno del pueblo. Creemos que la Justicia Social en un objetivo indeclinable. Sabemos que es no es fácil, pero voluntad y coraje nunca nos va a faltar.

Que no nos confundan: Tener compromiso político y convicciones no significa fanatismo. Lo peor que le puede ocurrir al pueblo es la des-ideologización. La desmoralización, la despolitización de una sociedad es la antesala a la sociedad de mercado, donde lo que importa es lo que uno tiene y no lo que uno piensa.
Néstor nos enseño que nos debemos comprometer, que debemos ser trasgresores de esta época. Que la irreverencia irrita a quienes sienten su privilegio amenazado. Por eso cuando leemos tantos agravios debemos entenderlos como otra cosa, debemos hacer otra lectura.
Quedan algunos años para seguir profundizando el modelo, siempre entendiendo los lugares y el tiempo. El nuestro es el tiempo de la organización. Ella, vence al tiempo. Cada día que pasa Cristina nos sigue sorprendiendo con medidas, anuncios y discursos que exceden lo imaginable en la escala ideológica. Estar a la altura de las circunstancias es entender el lugar.
En este año de campañas, con el recuerdo cercano de un Néstor que agiganta si figura con el paso del tiempo, consolidamos nuestra fuerza y debemos como generación seguir trabajando y militando. Su ejemplo debe ser nuestra inspiración: NUNCA MENOS!