http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1194770
Me quedo con este párrafo:
“La tradición cultural argentina tiene, por cierto, bastante que decir sobre estas cuestiones. Sería un gravísimo error legislar no sólo de espaldas a la naturaleza, sino también a un repertorio de valores y principios que conservan vigencia cotidiana en la vida de nuestro pueblo”
Se supone que en las editoriales de un diario uno puede encontrar la línea de pensamiento de dicho medio, y así es.
El párrafo en cuestión nos permite leer el pensamiento –en su estado más puro- del diario de los Mitre. Creo yo, que si de coherencia ideológica se trata, tanto La Nación como Página 12 son los diarios mejor rankeados. Siempre una misma línea de pensamiento. En lo político, en lo económico y en lo cultural La Nación es por excelencia un diario conservador. Lo demuestra su tamaño de impresión gráfica (grande para los escritorios de quienes leen La Nación) y lo demuestran sus periodistas estrellas Mariano Grondona (fiel defensor del Menemismo, la Dictadura y los Estados Unidos) y el –siempre incisivo- Joaco Morales Solá (ferviente opositor al Gobierno y sumamente “independiente”). Pero esta vez no fueron ellos (Morales Solá y Grondona) los encargados de bajar línea con respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo. Ellos –como instrumentos de los grupos económicos que representan- se ocupan más que nada de criticar las decisiones económicas de este gobierno, de hablar del libre mercado, de criticar la barbarie populista y exacerbada que representa el kirchnerismo.
Entonces, volviendo al tema que nos convoca, que el matrimonio entre homosexuales se convierta en Ley es contra-natura (como alguna vez expresó Valeria Massa) y una ofensa a los valores de nuestra sociedad cristiana y occidental (como hubiera dicho Videla).
Ahora bien, dado que vivimos en Democracia es justo y hasta sano que haya gente que piense que el matrimonio homosexual no debería tener estatus legal, pero lo que no entienden quienes deciden escribir este tipo de artículos es que los valores y la sociedad no es la misma de 1870 (año de nacimiento de La Nación). Las sociedades cambian constantemente y aquellas ideas que las mismas sociedades rechazaban hace un tiempo hoy pueden parecer aceptables y hasta puede que la misma sociedad las tome como banderas y conquistas a conseguir.
En la Argentina de hoy se empiezan a discutir ciertos temas que molestan. La aparición en escena y reivindicación de los derechos de los pueblos originarios, la igualdad de derechos entre los ciudadanos hetero y homosexuales, se comienza a debatir la idea de que el periodismo es “incuestionable” y que su palabra es una especie de DOGMA, se discuten los derechos humanos, se critican las ganancias de los monopolios, se vuelve a hablar de redistribución de la renta -en serio- por primera vez en muchas décadas. Hace una década todo esto era impensado. Y aquellos sectores que se sentían particularmente cómodos durante nuestra segunda década infame, se inquietan con cada paso con nos acerque a la igualdad (económica, de genero, de derechos, etc etc). Se sienten –hoy por hoy- amenazados.
Estamos en una época de cambios. Tanto en el contexto nacional, como latinoamericano. Y si bien hoy (tal como afirma Forster: http://www.elargentino.com/nota-95805-Por-que-nadie-quiere-ser-de-derecha.html) nadie se quiere definir "de derechas", el diario liberal-conservador de los Mitre no escatima en conservadurismo y asume su posición contraria al progresismo (ya no solo argentino, sino mundial). Entre las líneas de su impecable artículo editorial se pueden divisar las cuatro puntas de la cruz, se intenta argumentar una igualdad de derechos que ellos mismos denostan ("todos somos iguales pero es mejor llamar a los otros de otra forma"), se afirma caprichosamente que el matrimonio y la familia (heterosexual) son una parte insoslayable de la evolución del hombre.
Por eso, hay una pequeña parte de la editorial con la cual coincido y es que "No se debe olvidar que toda ley tiene un espíritu ejemplarizador y encierra una señal orientadora para la sociedad". Es hora de que como sociedad demos el ejemplo y la señal a los sectores más conservadores de que 1870 pasó ya hace mucho tiempo.
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