¿De que hablamos cuando hablamos de gorilas?
Dicen los que saben que el primer gorila fue Braden. Puede ser, pues fue él, el primero a oponerse a un militar que llenó la plaza de mayo aquel histórico 17 de Octubre. Visionario como pocos, Braden ya se venía venir el "aluvión zoológico", la ampliación de los derechos laborales y sociales (siempre enfrentados a los intereses del CAPITAL INTERNACIONAL). De hecho, fue Braden el gran articulador de la extraña alianza política mal-llamada "Unión Democrática". Unión que pretendía reunir a comunistas con conservadores (?), a socialistas con liberales(?) y por supuesto a los -siempre dispuestos a ALIARSE- radicales. En sus tristemente celebres actos se podían ver de un lado telones con la cara de Roosevelt y pegadito la cara de José Stalin. Las convicciones ideológicas de lado, las aparentes enemistades personales entre dirigentes fueron rápidamente disipadas ... todo era aceptable con tal que Perón no entrara a la Casa Rosada a gobernar, puesto que de esa manera Estados Unidos, sus empresas y Mickey Mouse debían sentarse a negociar con los sindicatos y trabajadores del tercer mundo. El capital dejaría de exhibir semejante plusvalía a costas de los trabajadores. De ninguna manera! Braden no iba a permitir eso!
La elección era clara BRADEN o PERON, es decir, EL CAPITAL o PERON. Y el pueblo supo elegir.
El gorilismo no cesó allí. Y de hecho se intensificó. Una vez perdidas las elecciones y muy disgustados por las constantes manifestaciones populares que protagonizaban los "cabezitas negras" en la Capital Federal y en otras grandes urbes, los gorilas tomaron la decisión inclaudicable y fuerte de ... OPONERSE. Si, si, si. Así de simple. Entonces se opusieron al Primer Plan Quinquenal, a la Constitución del 49´ (que promovía la ampliación más extensa de derechos para la clase trabajadora), al Tren de Salud que recorría el país curando y ayudando a los más humildes, se opusieron a la consolidación del IAPI, se opusieron a la creación de la Ciudad de los niños, algunos llegaron a oponerse al voto femenino (aduciendo que Perón lo hacía simplemente por fines electorales), se opusieron a que Evita fuese la Primera Dama porque había sido actriz, se opusieron, se opusieron, ah... y se opusieron. Es decir, se oponían a todo. Siempre con argumentos tan "profundos", siempre adjudicándole al peronismo un sesgo "super autoritario", siempre desde ese odio tan visceral (que como sabemos persiste) a la idea de un Gobierno que decide enfrentar ciertos intereses económicos y mejorar la distribución del ingreso en favor de los trabajadores. Ah eso si, jamás en sus diarios (La Nación o La Prensa) podía uno encontrar artículos sobre los miles de hospitales, escuelas, rutas, trenes, fundaciones de ayuda social que el peronismo había ideado y construido. Jamás en sus páginas o en sus diales podíamos escuchar las noticias sobre como la Argentina llegó a ser el país con mejor educación y mejor salud de todo América Latina. También se olvidaban a menudo mencionar que Argentina era en aquella época uno de los mejores países del mundo en términos de distribución de riqueza. De eso no se hablaba. De propuestas tampoco (no les empieza esto a sonar a algo?). Tampoco hacían hincapié en la Universidades construidas por Perón, en la política energética-nuclear, en los aumentos salariales para los trabajadores. Nada de lo que venía del “Monstruo” (como prefirió llamarlo en un cuento-el siempre citado gorila- Borges a Perón) y la “Puta” podía ser bueno y no solo eso sino que era nocivo, fascista y populista.
Claro que Evita luego de contraer matrimonio con el Pocho fue el blanco preferido de los pioneros del gorilismo. Pues, venía de una familia humilde, era huérfana y para peor HABÍA SIDO ACTRIZ. El resultado lógico –dentro del esquema mental del gorilismo- de esta combinación de factores daba como resultado lo siguiente: Dado su pasado, Evita era grasa, resentida, puta, malhablada y atea. “Claro”, se preguntaban los gorilas por el año 1947: ¿Cómo carajo iba a recibirla el Papa a esta pordiosera? ¿Cómo se le ocurre ir a la Europa a reunirse con primera figuras? Vaticinaban con odio: “Nadie la va a recibir”.
La célebre Gira por Europa de Evita merece unas líneas aparte. Los argumentos pueden sonar un tanto actuales pero NO, no estoy hablando de Cristina, estoy hablando de Evita. La idea de que estamos aislados del mundo no es nueva (ni eso se le puede adjudicar a Morales Solá), la constante (y tan tristemente banal) crítica a la ropa y zapatos que utilizaba en sus viajes (adjudicándole mal gusto) no las inventaron las señoronas de Palermo, Belgrano, Recoleta y San Isidro en el 2010 lo inventaron en el 46´-47´(y es que la envidia no es nueva compañeros), la idea de que ningún país blanco y bueno debería escuchar a esta insulsa e inculta mujer hablar tampoco es un invento de los modernos gorilas, pues los primeros sostenían exactamente lo mismo de Evita cuando visitó Italia, Suiza, España, Francia –entro otros países- y fue recibida por plazas llenas de personas coreando su nombre y elogiada por la mayor parte de la prensa de aquellos países por sus palabras, su coraje, su claridad y por su apoyo a los más humildes. Los únicos que la criticaron fueron los diarios locales y –los siempre incisivos- gorilas. 60 años después (leyeron bien, 60 años después) cada vez que Cristina habla (siendo la mayoría de las veces UNICA ORADORA) en el G20, la Cumbre de las Américas, Universidades de Estados Unidos, Foros sobre Pobreza, Cumbre Ibero-Americanas, las Naciones Unidas los argumentos siguen siendo los mismos: “¿Cómo puede la Yegua (y ya no lo puta, aunque quiera decir lo mismo) dirigirse a esta gente tan civilizada siendo así de peroncha y grasa y ENSIMA ponerse a dar cátedra?”
Cada vez que Evita daba un discurso –frente a millones de personas en la CGT o en la 9 de Julio- los gorilas en “sus guaridas” (como le gustaba llamar a Evita a las casas de la gente más pudiente) apagaban las radios o cambiaban el dial. ¿No apagarán o cambiarán de canal los “actuales gorilas” cuando Cristina esta hablando por cadena nacional no? Cuando los pobres querían (cuando ahora quieren) ayudar a los pobres (a quienes por supuesto no conocen y no quieren conocer) y limpiar sus conciencias deciden que la mejor forma es la caridad. Antes lo hacían a través de la Sociedad de Beneficencia (que Evita disolvió y reemplazó por la Fundación Eva Perón) y ahora lo hacen a través de CARITAS (plata) u ONGs como “Un techo para mi País” (donde adolescentes –potenciales gorilas de clase media- van un fin de semana por año a una villa no hablan con ningún lugareño, fuman porro y construyen casas de madera en pisos de barro). Siempre caridad (asistencialismo), dado que –siguiendo la lógica gorila- el Estado todo lo hace mal. Pero no solo eso, sino que las acciones llevadas a cabo por el primer gobierno peronista para mejorar las condiciones de vida de los más humildes recibía críticas como las del parqué y el asado, las convocatorias multitudinarias originadas por los “aprietes de los sindicatos” a los trabajadores, entre otras que –para nada- distan de las críticas de los gorilas contemporáneos: Los negros cabezas (y ya no cabecitas negras) van a los actos por el “chori y la coca”, los planes sociales se los gastan en “paco” y las casas del Plan Federal de Viviendas son vendidas por sus dueños ni bien son entregadas. Las críticas, como vemos, no se renuevan.
Otra característica común a todos los gorilas que ha vencido la prueba del tiempo es su amor y admiración por Estados Unidos. El gran vencedor de la segunda guerra mundial conquistó los corazones de los gorilas y la oligarquía. No solo fueron adiestrados por Bra-den en los comienzos del peronismo, sino que cuando contamos con la presencia de alguno nunca falta aquel comentario: “Porque en Estado Unidos” ó “Allá toda la gente gana bien” ó “No sabes el adelanto que tienen. Nosotros estamos 100 años atrasados” ó “Esto va de mal en peor, yo le dije a mi hijo que se las tome a USA (y deletrean las siglas en inglés)”. Si, señores: Hollywood ha hecho mucho daño. Los gorilas que viajan a Norteamérica o ven sus horripilantes películas o series suelen pensar que allí todo es lindo. Que allí no hay problemas. Que allí la democracia y las instituciones republicanas están lejos de los “vicios populistas” que nos harán perecer como Nación. Las coimas se llaman “Lobby”, la explotación se llama “Work-a-holic”, la discriminación se llama “segregation” y así sucesivamente. Al progreso lo llaman shopping, al nivel de vida nivel lo confunden con el nivel de consumo (dixit Galeano), al paraíso Disney, a las invasiones “de-mocratización de sociedades confundidas por extremistas musulmanes que andan con túnicas por el desierto iraquí”, a las intromisiones en las democracias latinoamericanas “guerra contra subversivos”, etc, etc, ect.
Aunque no parezca, el fenómeno y la crítica de gorileana no ha cambiado. Tampoco ha cesado. Nos hemos cansado en estos últimos años de escuchar que ODIAN a Cristina y a Néstor (a pesar de que a la gran mayoría les ha ido bien económicamente). Me he cansado de la gente que se irrita al ser llamado gorila y no lo admite (ejemplo el diputado Iglesias). Me he cansado –pero no sorprendido- de ver como niegan cualquier progreso y como se oponen a todo, aún cuando saben que este Gobierno tiene logros históricos (ni siquiera hace falta mencionarlos).
Los pioneros gorilas y sus críticas tienen –como habrán podido notar- BASTANTE actualidad. “Que son unos corruptos, que piensan que el Estado es de ellos, que le dan plata a los vagos de los piqueteros, que están peleados con la Iglesia (ello siendo una barbaridad)”. Los métodos de difusión del pensamiento y la lógica gorileana son –sin embargo- bastante efectivos. No nos olvidemos que controlan los medios. Tanto es así que a través de ellos convencieron -y convirtieron a muchos no gorilas- a todos los gorilas en el conflicto con el Campo que una piña de D´Elia era peor que haber desabastecido y sitiado a las grandes ciudades argentinas. Convencieron a gran parte de la clase media urbana porteña de asistir a una concentración con claras ambiciones destituyentes, de que eso era lo que iba a salvar la Democracia. Eso es ser GORILA. Repetir sin pensar, y ello es lo más grave. Nostálgicos del menemismo, son incapaces de realizar un análisis profundo. Odio irracional. De eso están hechos.
La hermosa tarea de pensar, militar y hacer con alegría es entonces nuestra.
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