lunes, 20 de diciembre de 2010

Reflexiones sobre lo ocurrido.

Pocos recuerdan la mal-nombrada Ley de Residencia que el Congreso Nacional sancionó en el año 1902. Una ley que iba claramente en contra de nuestra Carta Magna.
Su artículo 2º decía lo siguente: "El Poder Ejecutivo podrá ordenar la salida de todo extranjero cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público". El contexto, sabrán recordar, era la conocida "Inmigración masiva". Producto de la cual muchos de nuestros abuelos o bis-abuelos llegaron a este país.

Entre los años 1880 y 1920 llegaron al país más de 4 millones de inmigrantes de todas partes del mundo. Del Líbano, de Rusia, de Italia, de Francia, de Polonia, etc. La gran mayoría de ellos eran pobres. Sus países no tenían ni trabajo, ni educación para ofrecerles. La gran mayoría de ellos al llegar aqui vivían en inquilinatos, asinados sin agua, luz ni gas. Buscaban, como todo el mundo lo hace, un mejor pasar.
Lo mismo -pero con mucho menos flujo migratorio- ocurre hoy en día. En el marco del Plan Patria Grande vienen a nuestro país cientos de miles de hermanos latinoamericanos. La razón es la misma: buscan trabajo, educación y salud que sus países no pueden ofrecerles.

En 1902, la respuesta del gobierno no-democrático argentino fue dictar una ley para imposibilitar la entrada de aquellos que traían ideas raras (anarquistas y socialistas) y además poder expulsar a todos aquellos que no eran de agrado del Gobierno de turno. La misma era tan cruel que el ciudadano que era expulsado era expulsado sólo, sin su familia.
Ya en nuestra Constitución se aclara que los derechos que la misma otorga son "Para todos los hombres que quieran habitar el suelo argentino". No importa de donde sean, todos tenemos los mismos derechos.

Los últimos días ocurrieron algunos hechos que me dejaron pensando. El Jefe de la ciudad relaciona la situación problemática del Sur de la ciudad con los extranjeros. Afirma que allí hace falta represión y presencia policial. Dice -sin decirlo explicitamente- que son los extranjeros los que no respetan el espacio público y que si fuese por el ya los hubiese desalojado. Pero a la vez no quiere enviar a la Metropolitana, quiso que que Cristina mande a la Federal. Dice con total impunidad "inmigración descontrolada".
He aqui las banderas de la derecha: Basta de inmigrantes de países limítrofes (que encima no respetan los espacio públicos); Cuando hacen lío o cortan las calles hay que reprimir con armas(por no decir que hay que mandarlos de vuelta). Poco o nada se habla de política, de construir más viviendas, etc.

Además de ser este un intento de desestabilización del macrismo-ritondo-duhaldismo. A pesar de que el PO y los troskos aprovechan estas situaciones para generar mártires y correr al gobierno con el tema de la represión. A pesar de la barra brava de Huracán (ligada al macrismo) y a pesar del tremendo deficit habitacional del Sur de la ciudad, el Gobierno Nacional solucionó el conflicto (2 días más tarde, es verdad) de una manera impecable, en poco tiempo haciendo un verdadero uso de la política. La política una vez más demuestra ser la herramienta de solución ante cualquier problemática, aún cuando la situación es grave y aún cuando no fue el Gobierno Nacional el que ocasionó dicho conflicto.

Estamos en democracia, estamos creciendo. Argentina esta en condiciones de incorporar a toda la gente que quiera habitar nuestro suelo. Asi lo hicimos hace 80 años. Asi lo haremos ahora -SIN EXCLUSIONES-. Esa gente tenía ganas y voluntad de progresar. Laburaron como perros. Lo mismo hacen nuestros hermanos latinoamericanos.

Esto es lo que nos enseñó Néstor. Esto es lo que nos enseña Cristina. El problema no son los extranjeros y la solución no son los palos. El problema es el deficit habitacional (de salud y educación) de la Ciudad y la solución es la política.

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