lunes, 1 de noviembre de 2010
El Flaco que cambió la historia.
Todavía sonaba de fondo ¨Dale Alegría a mi Corazón". Yo me iba del Luna Park sorprendido y pensante. Era el año 2003 y acababa de terminar el acto de cierre de campaña en Capital de Néstor Kirchner.
Por aquel entonces (7 años atrás) nadie lo conocía. Había sido Intendente y Gobernador en Santa Cruz, eso era lo único que se sabía. De aspecto desalineado, rostro pálido, alto, patagónico y con una dicción dificil de comprender. Era Peronista pero con un discurso que excedía el peronismo, hablaba de construir un "País en Serio" en un país que todavía seguía en llamas. Fui a escuchar a ese hombre, fui a ver de que se trataba y entonces escuché por primera vez hablar de muchas cosas silenciadas por el poder real, los políticos y los medios hasta ese entonces.
La idea de un Estado no solo presente sino protagonista, la idea de subordinar la economía a la política y a las necesidades sociales, la idea de que el gasto en infraestructura por parte del Estado traería aparejado un efecto multiplicador de empleo y de actividad económica. Aquella noche me acerqué a Keynes (y un poco a Kirchner también).
La desconfianza en la clase política por parte de la sociedad (y mia por momentos también) era total. Esas elecciones no pude votar (tenía 17 años), y por esas casualidades de la vida -ballotage de por medio- ganaba las elecciones Kirchner.
Las primeras medidas del Gobierno fueron eléctricas y -según entendía yo- acertadas: Creación del Ministerio de Planificación, descabezamiento de las fuerzas armadas, programa de reunificación monetaria, límite a los capitales golondrinas, estatización del Correo Argentino, etc etc. Pero hubo dos cosas que ayudaron a construir simbólicamente al Gobierno que terminaron de cerrar ese proceso interno en el cual uno pasa a decir abiertamente: "Si, soy Kirchnerista".
1. Cuando Néstor ordenó bajar el cuadro de Videla y
2. Cuando Néstor se le plantó a la SHELL y le dijo al pueblo que nadie debía comprarle ni un caramelo a la SHELL.
El flaco no se andaba con vueltas. Este tipo tiene unas pelotas gigantes.
Y después vinieron una seguidilla de medidas que me deslumbraban por su contundencia pero más aún por su tendencia.
La derogación de las leyes de obediencia debida y punto final. Se acababa la impunidad para los genocidas y complices.
La nueva ley de educación como intento de que el Estado Nacional volviera a tomar las riendas de la educación (descentralizada totalmente en los 90).
La cancelación de la deuda del FMI. Estados Unidos no volvería a tomar decisiones por nosotros.
Recuperación de la ESMA. Pasaba a ser un museo del pueblo, de las madres y de las abuelas.
Patria Grande, la cumbre de Mar del Plata, incorporación de 2,5 de jubilados al sistema previsional, feriado el 24 de marzo, los actos en plaza de mayo con cantantes populares, AYSA, 700 escuelas, Plan Federal de Viviendas, doble aguinaldo y aumentos para los jubilados.
El Estado -como lo había anticipado en el Luna Park Kirchner- después de 30 años era el protagonista, el gran hacedor, el que tomaba las iniciativas. La política se convertía nuevamente en la gran herramienta para cambiar la realidad y dejaba de ser una mala palabra. Aquellas cosas que se habían convertido en parte de nuestro lenguaje cotidiano y dolían: FMI, riesgo país, default, deuda externa, 50-40-30% de población bajo la línea de pobreza de a poco iban mutando en superavit fiscal y comercial, crecimiento económico, menor pobreza, quita del 75%, record de recaudación, record de reservas, consumo interno record, etc.
Néstor diciendo que no necesitaba Ministro de Economía, las madres y abuelas comenzaban a sentarse en los escenarios oficiales. Este era mi Gobierno, parte de mis sueños concretados. Las 3 banderas históricas y una más: los derechos humanos.
Por eso cuando el otro día recorría las interminables cuadras para llegar a la Casa Rosada pensaba en todo esto. En el legado, en la firmeza de sus acciones y convicciones.
Pensaba en sus enemigos. En las pocas bocinas que escuché mientras censaba en Recoleta cuando nos enterábamos de aquella trágica noticia.
Pensaba en los miles y miles de pibes y pibas que se acercaron a plaza de mayo.
Pensaba en aquella extraña mezcla de inmenso dolor y alegría con la que cantábamos en la fila para entrar a la rosada.
Pensaba en los negocios que estaban cerrados por luto y en los taxis que detrás tenían un cartel que decía: Gracias Nestor.
Pensaba en aquellas personas que eran la una de la mañana y seguía allí porque querían estar cerca de él una última vez.
El resultado de ese legado no se hizo esperar. Fuimos cientos de miles. Ni la manta mediática que generalmente cubre las noticias que le son favorables al Gobierno pudo tapar lo que fue la mayor manifestación de amor, cariño y respeto al mejor Presidente desde la vuelta de la Democracia.
Y hubo quienes quisieron opacar este acontecimiento con estúpidos artículos sobre el patrimonio de los Kirchner, y hubo quienes festejaron, y hubo otros que negaron la masividad y lo popular de este nuevo ícono en la historia de Argentina. Desde mi humilde lugar les digo: NO PUDIERON. Son los procesos transformadores e inclusivos como éste los que marcan y cambian la historia y quedan en la memoria de un pueblo. Nada ni nadie los puede borrar. Y lo siento mucho si decidieron mirarlo desde afuera, con esa impotencia (a veces odio) de ver como el kirchnerismo es y se esta convirtiendo en algo en contra de lo que muchos vaticinaron: un Gobierno de masivo apoyo popular (debido a las acertadas medidas a favor de la redistribución del ingreso).
Hoy tenemos una Argentina de pie. Distinta a la que 9 años atrás gritaba "que se vayan todos", tenemos una juventud involucrada y militante, contamos -como dice Pedro Bolla- con dirigentes de gran talla, la Argentina volvió a hacer el país mas igualitario de la región, tenemos un proyecto, tenemos una Presidenta que -como escuché hoy- nos queda grande.
Gracias Néstor por devolvernos los sueños. Esos sin los cuales es imposible avanzar hacia una sociedad más justa, libre y soberana.
Siempre te recordaremos.
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Muy bueno lo suyo! En aquel 2003 me recuerdo en el cuarto oscuro eligiendo entre la boleta de Bravo y la de Kirchner. Ganó Néstor, ganamos todos. Un abrazo compañero!
ResponderEliminarque hermoso este escrito! lo comparto y es muy util por la enumeración de hechos impresionantes del proyecto! y por reafirmar por qué somos kircheneristas!
ResponderEliminargracias!
AnTon